Panamá, 11 de septiembre de 2025. – Entre telas, agujas e hilos, el privado de libertad Santos, oriundo de Veraguas, descubrió una nueva pasión en el taller de Costura del Centro de Rehabilitación El Renacer.
Con una sonrisa sincera y entusiasmo en la voz, compartió un sueño que lo motiva cada día: “Cuando salga de aquí quisiera confeccionarle un vestido a mi madre para que vaya a la iglesia. Sé que se sentirá feliz al ver lo que aprendí en El Renacer”, expresó.
Santos forma parte de los 13 reclusos que participan en el curso de Modistería Básica que dicta el Instituto Nacional de Formación Profesional y Capacitación para el Desarrollo Humano (Inadeh), en el marco del Plan Libertad que impulsa el Ministerio de Gobierno para la resocialización en el Sistema Penitenciario.
Yoanna Esther Gómez Blizniak, directora de El Renacer, explicó que este tipo de programas transmiten conocimientos técnicos, generan esperanza y abren puertas hacia una reinserción productiva.
La instructora del Inadeh, Xiomara González, destacó el compromiso de los estudiantes: “Llegamos para fortalecer lo que ya sabían en la confección de bolsas, y ahora aprenden sobre vestuarios típicos, uniformes y prendas variadas. Estas destrezas les permitirán desempeñarse en el mundo de la costura con mayores oportunidades”.
Historias como la de Santos se replican en sus compañeros. Ofelín Virola, de la comarca Ngöbe Buglé, recordó que antes de su reclusión elaboraba diseños de su cultura, pero al cálculo. “Ahora sé medir y confeccionar correctamente, lo que me da la confianza que necesito para emprender en la costura cuando recupere mi libertad”, aseguró.
Jorge Palma, de 27 años, añadió que refuerza el tejido de mundillo, un arte que considera vital preservar: “Es una tradición que se está perdiendo, y ahora sé que con esta habilidad puedo generar ingresos lícitos y aportar a la cultura panameña”.
El curso, de 300 horas, culminará el próximo mes con una exposición de los trabajos elaborados por los privados de libertad, demostrando que dentro de los centros penitenciarios también hay talento, disciplina y ganas de superarse.