Colón, 6 de enero de 2023. – Un grupo 93 personas privadas de libertad (83 hombres) y (10 mujeres) recibieron sus respectivos certificados y diplomas de premedia y media respectivamente del centro penitenciario Nueva Esperanza en Colón, actividad que se desarrolla en conjunto con la Escuela Secundaria Nocturna Oficial de Colón del Ministerio de Educación (Meduca).
La alegría reflejada en los privados y privadas de libertad como en sus familiares es la mayor recompensa que se vive al momento de escuchar la marcha de graduación que sirve de entrada a los graduandos.
Eliécer González, jefe de Tratamiento y Rehabilitación de la Dirección General del Sistema Penitenciario, alentó a todos los graduandos a que continúen sus estudios porque es importante para la administración que la estrella que es la educación brille en todos los centros penitenciarios.
La directora del Centro, Leisa Ramos, agradeció a las personas privadas de libertad por haber tomado este paso positivo y que han aprovechado estas oportunidades del Sistema Penitenciario y del Meduca porque de nada sirve que tengamos programas si no hay privados de libertad dispuestos a cambiar.
Destacó que “el programa educativo es el pilar fundamental en lo que es la resocialización y ustedes son muestras de que este trabajo que se viene haciendo vale la pena”.
En tanto; la directora regional de educación, Mixia Murillo, reconoció el gran esfuerzo que junto con sus familias han realizado para lograr culminar una etapa de gran significado, un ciclo que marca sus vidas, una alegría enorme por saber que han logrado una meta personal y familiar.
La directora de la Escuela Nocturna, Vilma Cambel, resaltó que a través de la educación el hombre crece cada día. Agregó que los privados han tenido la oportunidad y no la han desaprovechado, eso quiere decir que deben continuar y no quedarse estancados.
Por su parte; Yarima Grifftt, privada con mayor índice académico, citó a Nelson Mandela señalando “que la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Agregó que en la vida no importan las circunstancias o adversidades y que a pesar de estar privadas de libertad podemos cambiar nuestro futuro y ser mejores ciudadanos.
Una de las familiares dijo sentirse alegre porque cumplió con el deber de Dios de ver su hijo culminar una etapa de sus estudios.