Panamá, 8 de agosto de 2025.- Sus manos son usadas para destacarse en el arte de la pintura y la restauración de piezas religiosas, esta es la labor que viene realizando un grupo de privados de libertad del Centro Penitenciario El Renacer, en el famoso Arco Chato, ubicado en el Casco Antiguo.
Estas personas que forman parte del Plan Libertad, que desarrolla el Ministerio de Gobierno a través de la Dirección General del Sistema Penitenciario, busca que tengan una nueva oportunidad a través del trabajo, que se da a lo interno y externo de los centros penitenciarios.
En un recorrido realizado por este conjunto monumental histórico, nos encontramos a César Jiménez González, quien nos comentó que forma parte del grupo de ‘Pinceladas de Libertad’, junto a otros dos privados, han demostrado sus destrezas por medio de la pintura que son plasmadas en hermosos cuadros donde expresan sus sentimientos a través del paisaje, guerreros y culturas ancestrales, usando las técnicas de óleo, acrílico, tiza, témperas y lápiz.
Agregó que también hacen limpiezas en las playas donde comienzan a recoger pequeñas ramas secas, conchas y otros objetos que provienen del mar, para hacer arreglos que pueden ser usados en las viviendas. “Y también recolectan botellas plásticas, tapaderas y cartones, reciclables, para ser pequeñas obras de arte”, recalcó.
Embellecen la parroquia
Según nos narra Andrés Alvares Vicente, jefe del departamento de Conservación y Restauración de la escuela de Arte y Superior de Bienes Culturales Valladolid en España, dos privados de libertad y personal técnico de restauradores, se encuentran recuperando en la Parroquia de Santo Domingo, el Retablo (estructura elaborada de madera, que se encuentra detrás del altar), que data a finales del siglo XVII.
Sostuvo, que las labores iniciaron hace un mes y culminaran en aproximadamente 18 días y comprende: limpieza, barnizado, retocando y reconstrucción de pequeñas piezas, para que tengan vivacidad en la estética y en el color.
Fray Javier Mañas García, religioso mercenario y director de las iglesias en el Casco Antiguo, destacó que en la Capilla de Santo Domingo de Guzmán, estas intervenciones, donde se encuentra la historia y el pasado, contamos con las manos valiosas de los privados de libertad, que están aprovechado esa ardua labor para poder restaurar sus vidas y darse la oportunidad para que continúen y sigan adelante.
Mañas, dijo que la iglesia católica, la pastoral penitenciaria y los Mercenarios, trabajamos y somos conscientes de esa realidad para acompañar a los privados de libertad en darles esa oportunidad para que se reintegren en la sociedad.