Panamá, 10 de julio de 2018. – La lectura es una extraordinaria herramienta de trabajo intelectual, puesto que pone en acción la mente y agiliza la inteligencia, iniciativa que utiliza la Dirección General del Sistema Penitenciario (DGSP) en la Cárcel Pública de La Chorrera para resocializar a las personas privadas de libertad a través del proyecto “Círculo de Lectura”.

Todo inició el año pasado con 12 personas privadas de libertad, quienes leyeron el libro “En este lugar” (Historia de 12 mujeres privadas de libertad que cursaron la carrera de Desarrollo Comunitario del Programa Anexo del Centro Femenino de Rehabilitación ‘Doña Cecilia Orillac de Chiari’), obra que se desarrolló con la ayuda de Instituto de Investigaciones de la Universidad de Panamá (UP).

La primera etapa culminó en enero pasado y del ejercicio surgió la idea de los privados de libertad en emular lo hecho en el CEFERE, confeccionar un libro que se llamará «Voces de Hombres en el Encierro» (relatos escritos por ellos mismos). Para lograr el objetivo, necesitaban apoyo y es aquí donde entra en escena el Instituto de Investigaciones.

Eugenia Rodríguez, del Instituto de Investigaciones, relató que les informaron del Círculo de Lectura y las intenciones de escribir una obra literaria. «Fuimos allá en varias sesiones de encuentro», sostuvo Rodríguez (desde marzo hasta junio), encontrando ya un borrador y el trabajo fue pulir, así como crear una línea temática de estructura para escribir los 19 relatos escogidos.

«El objetivo de este proyecto es dar a conocer cómo ocurren los delitos, en qué contexto se encuentran las personas para caer en el delito, cuál es la experiencia de vivir privado de libertad, que sea un ente preventivo, pero también generar conciencia social de los derechos humanos de las personas privadas de libertad, ahora desde la visión masculina», indicó.

Al respecto, Isaac Molina, Director del Penal, manifestó que el Sistema Penitenciario está anuente en crear oportunidades que permitan la resocialización de las personas privadas de libertad y ofrecer actividades que desarrollen esas capacidades y habilidades, en este caso la lectura.

Para el privado de libertad Alan Gilliard, organizador del grupo, la iniciativa es positiva a tal punto que la estimulación a los otros privados de libertad para anexarse al programa fue bien acogida, porque ahora son 22 los reclusos que forman parte del Círculo de Lectura.

«Se han acercado para entrar, los orientamos y el avance se ve, por ejemplo en mi compartimiento que antes era tímido, pero eso cambió y en el caso de los demás se ve la convivencia borrando cualquier rivalidad que existía antes de entrar a este mundo literario», recalcó Gilliard.

Otro de los privados de libertad, Heriberto González Polo, habló de su escrito que expone «lo que pasamos los reclusos en prisión, las limitaciones, pero no por esto se deja de tener pensamientos positivos, frente lo que ya pasó, lo que fue y de aquí en adelante encarrilas tu vida para que sea fructífera».

El libro Voces de Hombres en el Encierro está en su etapa final de diagramación y posterior publicación.

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